las claves para conseguir tus metas
Aquí te contamos las claves para conseguir llevar un estilo de vida saludable, pleno y feliz que te impulse en tu crecimiento personal.
Ten claros tus objetivos
Siéntate un momento a pensar y recapacitar, quizá con boli y papel puedas aclararte mejor. Tómate un momento para ti, en silencio y sin distracciones, y piensa bien, ¿qué es lo que quieres en realidad? ¿Cuál es tu objetivo u objetivos principales? ¿Qué es lo que quieres conseguir más que nada en este mundo? No creas que es una tarea fácil, y has de tomarte tu tiempo, pero una vez lo tengas claro, NO LO OLVIDES. No pospongas o coloques en un segundo plano tu deseo principal ante otras distracciones, no te desvíes. Tenlo presente SIEMPRE.
Si es necesario repítelo a ti mismo cada mañana, escríbelo en algún sitio en que lo veas de manera recurrente, pero no lo olvides nunca. La tenacidad será tu herramienta para el éxito, y las distracciones banales serán el demonio que te entorpezca en tu camino.
Una vez seas consciente de la importancia de tener claro tu objetivo, y sitúes a éste en el lugar que se merece, podrás adentrarte a descubrir y explorar cada una de las facetas que harán de tu vida un camino pleno y feliz.
Cuida tu cuerpo
De manera altruista el universo nos ha proporcionado un cuerpo y una mente para hacer de ellos lo que nosotros consideremos. Una de las mayores satisfacciones que puede haber es ser agradecido con lo que el mundo te ha dado. Muchas veces no tenemos presente la complejidad del proceso que ha tenido que suceder para que nosotros seamos lo que somos, y si nos paramos a pensarlo nos daremos cuenta del desperdicio tan grande que es no cuidar la obra de arte que la naturaleza nos ha regalado.
Tenemos una libertad absoluta para decidir qué hacer con nuestro regalo, y tenemos a nuestra disposición infinidad de herramientas para sacar todo el provecho de él y que nos dure el mayor tiempo posible. Sabemos, más o menos, qué hemos de hacer para cuidarlo, entonces, ¿por qué no lo hacemos? ¿Por qué al menos no lo intentamos? ¿Por qué nos resulta tan difícil? ¿Qué podemos hacer para remediar esta situación? Sólo un pequeño esfuerzo es necesario, querer conseguirlo.
Quiero alimentar bien a mi cuerpo, darle nutrientes para proporcionarme la energía que necesito durante el día para conseguir mis objetivos, para mantenerme vital y satisfecho. Quiero educar a mi cuerpo, ayudarle a evolucionar para sacar todo su potencial y que las hormonas que me proporcionan esa euforia, ese bienestar y esa autoestima funcionen a la perfección para poder disfrutar los momentos en mi camino a la felicidad.
Constancia y disciplina de nuevo son nuestros grandes aliados. Y siempre disfrutando del proceso, de la comida, de las actividades que nos conducirán al cuidado óptimo de nuestro cuerpo.
¿Cómo hacerlo?
Lo que ingieres
Agua:
Sé que sabes los beneficios de beber suficiente agua al día. ¿No llegas a beber los dos litros recomendados al día? ¿Se te olvida? Lleva una botella de agua contigo todo el día, si está a tu lado es más fácil acordarse. El agua es fuente de vida, la necesitas, mucho. Y si tomas un vasito de agua nada más levantarte, mejor que mejor.
Fruta:
Sabes también las maravillas ocultas detrás de la fruta. La naturaleza nos la ha puesto a disposición de la manera más fácil, hay miles de tipos donde elegir, está deliciosa y no es necesario ni cocinarla para disfrutarla. ¿Por qué íbamos a elegir un snack salado, unos kikos o patatas en lugar de un buen pedazo de fruta para saciarnos entre horas, cuando por naturaleza estamos predispuestos a que nos guste el dulce? La industria nos ha metido por los ojos tanta comida procesada que hemos olvidado lo que nos hace sentir bien e incluso lo que nos apetece. Piensa en tu pieza de fruta preferida, hazla tu mejor amiga, y a partir de ahí disfruta probando todas las frutas que nunca has probado, ¡seguro que hay muchísimas!
Alimentos naturales:
Priorízalos ante los alimentos ultra procesados. Si te gusta el sabor echa mano de las múltiples especias que podemos encontrar en el mercado, apuesto a que tampoco las has probado todas. Descubre todos los sabores de la naturaleza, no te ciñas a lo que te venden!
Superalimentos: Estos alimentos nos proporcionan una gran fuente de nutrientes y antioxidantes, muy beneficiosos para nuestro cuerpo.
Algunos de estos son: Aguacate, kale o col rizada, almendras, salmón, espinacas, semillas de chía, brócoli, aceite de oliva, sardinas, nueces, jenjibre…
Dieta mediterránea:
Por algo la UNESCO ha declarado a la dieta mediterránea patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, y es que los beneficios para la salud de esta dieta son innumerables.
Las características principales de esta alimentación son un alto consumo de productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos), pan y otros cereales, el aceite de oliva como grasa principal, el vinagre y el consumo de vino en cantidades moderadas.
La dieta mediterránea se considera una dieta saludable porque aporta sustancias nutricionales verdaderamente cardioprotectoras, de las cuales las más importantes son los antioxidantes.
Lo que te mueves
Cuántos de nosotros hemos experimentado esa sensación de alivio, bienestar, satisfacción y euforia que nos produce el haber finalizado un ejercicio intenso? Esa famosa liberación de serotonina, un concepto que nos parece intangible y que sin embargo podemos comprobar en nuestras propias carnes, cuando apreciamos la sensación que nos provoca.
No podemos negar que el ejercicio, sea intenso o no, produce un efecto maravilloso en nuestro cuerpo, de manera instantánea. Por no mencionar la fortaleza y el vigor que crea en nuestro cuerpo cuando hacemos de estas actividades un quehacer cotidiano y frecuente.
Así como la propulsión de autoestima que genera el sentirse en forma e ir adquiriendo experiencia en un determinado campo deportivo.
Sea lo que sea lo que te guste, caminar, ciclismo, escalada, halterofilia, ballet, yoga, etc…
Todas las disciplinas son válidas para impulsarte en tu camino a la felicidad. Sólo tienes que elegir las que te gusten y adoptarlas como propias, ser consciente del disfrute mientras las realizas y en los momentos posteriores. Querer a través de estas actividades poner al límite a tu cuerpo y comprobar que es posible que tu cuerpo alcance umbrales que nunca esperabas.
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Cuida tu mente
Así como queremos ser agradecidos para con el universo por habernos proporcionado un cuerpo que aprende y que no tiene límites, también habremos de querer hacer lo mismo con nuestra mente, muchísimo más poderosa.
Sin embargo, así como es bien conocido cómo cuidar de nuestro cuerpo, los cuidados de nuestra mente son bastante menos populares y tendemos a dejarlos de lado.
¿Cómo podemos cuidar de nuestra mente para que ésta desarrolle su potencial y nos ayude a conseguir la felicidad deseada?
Primero de todo nos puede ayudar ser conscientes, de lo que tenemos, de lo que nos rodea, del funcionamiento del mundo y de nuestro propio yo. ¿Cuánta gente por el mundo se dedica a existir únicamente y no conocerse a sí mismo? Es tan bonito descubrir lo que uno lleva dentro, y sin embargo el ritmo frenético al que nos vemos sometidos a diario nos impide parar unos minutos sin distracciones, para respirar, cerrar los ojos y simplemente pensar en nosotros mismos.
Para cuidar nuestra mente necesitamos sacar tiempo al día para realizar una profunda reflexión personal, escribir en un diario u organizarnos el día en una agenda puede ayudarnos en esta labor introspectiva.
Es ya bien conocido el gran beneficio que aporta la meditación a nuestro cuerpo y mente. Meditar tan sólo unos minutos al día nos ayuda a desconectar y aliviar el estrés.
Ejercicios diarios como la gratitud o tomar consciencia de lo que nos rodea, nos puede ayudar a encontrar paz y serenidad.
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Cuida tu alma
Poco se habla de lo necesario que es nutrir nuestro alma para sentirnos mejor con nosotros mismos. Esas actividades que nos producen una visión de la vida placentera y agradable que nos sirven de motor para vivir nuevas experiencias y para proseguir nuestro camino con entusiasmo.
Para cuidar nuestro alma tenemos que dar rienda suelta a nuestra creatividad y potenciar una mente abierta que nos permita experimentar situaciones o sensaciones nunca antes vividas.
Nuestro alma se siente mejor cuando atendemos y servimos a los demás. Cuando olvidamos nuestro yo individual para comprender mejor al prójimo.
El aprendizaje constante, desde su multitud de fuentes posibles, nos llevará a un estado seguro y sereno y nos adentrará a nuevos caminos que nos llevarán a una vida satisfecha y plena.